ESTAMOS HECHAS DE ACERO
El otro día escuché a un hombre decir en el tren “nuestros padres eran de acero, nosotros somos de hojalata”. Me pareció una reflexión cuanto menos interesante, tan cruda como la vida misma y un tanto conformista.
Yo no quiero ser de hojalata y estoy segura de que tú tampoco. No quiero doblarme y oxidarme con el primer vendaval que llegue. No quiero doblegarme ante los caprichos de la vida. Quiero ser de acero. Firme. Obstinada. Persistente. Y resistir. Resistir para no tener que arrepentirme nunca de haber tirado la toalla o haber renunciado a mis sueños. Quiero creer que puedo lograrlo, para un día poder decir que sí, que lo logré.
Esta fuerza es la clave de todo y no me pertenece solo a mí. Es fruto de la admiración que siento hacia las personas que me rodean. Mi entorno familiar, mis amistades y el equipazo profesional del que formo parte. Un equipo de mujeres luchadoras que no se rinden con nada, que llegan a sus metas aunque la carrera parezca interminable y esté repleta de obstáculos. Es más, los obstáculos las hacen aún más grandes. Pertenezco a una empresa que más bien es un hogar, en el que el factor fundamental es el humano y su capacidad para superarse a sí mismo. Un lugar en que se apoya el talento, la creatividad y se potencia la fuerza que todas llevamos dentro.
Nosotras creemos que esta es la clave de todo, la esencia de una buena vida y os queremos animar a seguir una idea fundamental, que te recomendamos grabarte en la cabeza: tú puedes con todo.
Cuando te levantes en esas mañanas grises y lo hagas con el pie izquierdo, apóyate en el pie derecho y coge impulso. Focaliza tus pensamientos en todo lo que has logrado, en todo lo que tienes. Si algo se sale de tus esquemas, no te asustes, a veces es simplemente porque has salido de tu zona de confort. No tiene porque ser nada malo. Si has cometido un error, acéptalo, ser crítica con una misma es necesario, pero no te quedes ahí. Convierte tus errores en futuros aciertos.
Queremos lanzar un mensaje de positividad para el día a día, para apoyarnos, para crecer juntas. Para cuando restamos valor a las cosas buenas y se lo sumamos a las malas. Es muy importante tener una visión objetiva y general. Hay un truco que nos gusta mucho, un ejercicio de meditación en el que por un momento intentamos abstraernos de nosotras mismas y tratamos de mirar desde fuera nuestras vidas, como si fuésemos ajenas a ellas. En ese momento empezamos a equilibrarlo todo, a tener una visión mejorada y encaminar nuestro camino. Es un método que seguro que te funciona y que va a beneficiarte, eso seguro.
Desde el equipo te animamos a creer en ti, cuidar de ti y quererte. Porque eres de acero. Porque vas a conseguir todo lo que te propongas. Y recuerda –siempre- que tú puedes con todo.